"Juntos para la conservacion"

Delta: un estudio de la UBA alerta sobre el daño ecológico

08.03.2013 00:48

 

 Según los investigadores, el dragado de arroyos y la construcción de terraplenes para futuros barrios cerrados generan una importante alteración que podría destruir el ecosistema natural.

Por: 
Susana Gallardo

 

 

 Un grupo de empredimientos inmobiliarios, que representan negocios millonarios, podría causar un gravísimo daño a los ecosistemas del Delta, según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la UBA. 

El trabajo se centró en el frente de islas de la 1ª Sección del Delta bonaerense, en el área delimitada por el Río de la Plata, el canal de Vinculación y los ríos Luján y San Antonio, a partir de la preocupación de los vecinos ante el avance de las obras de barrios privados en la zona, que para ellos ha significado además la pérdida de recursos de subsistencia, como el junco para la fabricación de artesanías.

"La investigación se orientó a brindar a la comunidad isleña una herramienta para el desarrollo sustentable y la conservación del ecosistema", señala el informe producido por biólogos, geólogos y químicos, que trabajaron en un proyecto de extensión universitaria de la UBA (UBANEX Bicentenario), dirigido por el doctor Pablo Leal, investigador del Departamento de Ciencias Geológicas de la FCEyN, y por la doctora Gabriela Hermitte, representante del Foro de Recursos Naturales de la misma institución. También codirigieron el proyecto Fabio Kalesnik, Silvia Marcomini y Romina Pessagno, docentes e investigadores de la facultad.

El proyecto de urbanización Colony Park, en el canal de Vinculación, tomó estado público en noviembre de 2007, e inició sus obras un año después, con el dragado de los arroyos, el relleno del terreno y la construcción de diques y terraplenes. Si bien hoy la obra está detenida por orden judicial, los cambios en el terreno son claramente visibles.

Los investigadores compararon la situación del terreno afectado por las obras con áreas similares del Delta que no sufrieron modificaciones. Contrastaron imágenes satelitales previas al dragado de los arroyos con otras tomadas en enero de 2010, y determinaron una importante alteración y destrucción del ecosistema natural. Además, el paisaje original fue degradado con la creación de lagunas artificiales.

Al respecto, Pablo Leal señala que "se modificaron las alturas en determinadas porciones de las islas, y se cambió el material que compone el suelo". En efecto, al dragar los arroyos y remover la tierra, subieron a la superficie minerales que antes se hallaban bajo el lecho fluvial.

El terreno de las islas fue elevado y se construyeron defensas rígidas de hormigón (tablestacado). "Al proteger una línea de costa, se genera mayor erosión en las costas de enfrente, debido a la reflexión de las olas", explica Leal. La vegetación en los bordes amortigua el impacto de las olas, pero una pared rígida hace que reboten con mayor fuerza en la orilla de enfrente.

Además, los pequeños cauces internos de las islas fueron convertidos en canales más anchos, para facilitar la navegación de las embarcaciones de los futuros propietarios de las viviendas en los barrios cerrados.

El Delta crece año a año en forma espontánea y natural, en terrenos nuevos que no tienen catastro. Por otra parte, y al estar en constante formación, se trata de un ambiente vulnerable desde el punto de vista sedimentológico, porque recién comienza a ser colonizado por especies vegetales y animales. "Al ser una zona muy vulnerable, no deberían instalarse allí emprendimientos de esa magnitud", subraya Gabriela Hermitte. En la medida en que transcurra el tiempo, la zona se iría estabilizando, pero eso puede llevar años o décadas.

"Al trabajar con un sistema como el de Colony Park, este estudio nos permitió aprender y documentar las consecuencias que podía generar este tipo de emprendimiento", señala Pablo Leal. Y Hermitte subraya: "Este estudio muestra de qué modo la universidad puede actuar con el fin de resolver un problema puntual. Es un buen modelo que debería multiplicarse." El estudio ayudará a establecer bases concretas sobre cómo hacer frente al avance de grandes proyectos inmobiliarios en las islas del Delta. «

 

Anguilas

 

75 metros de ancho alcanza ahora el arroyo Anguilas. Antes tenía diez. Fue reconvertido para facilitar la navegación de grandes embarcaciones.

 

Cambian los juncos por alisos

 

Los cambios sobre el terreno repercuten en la biología. "Al efectuar el censo de especies, vimos que todas aquellas que son típicas del ámbito natural, estaban reducidas o habían sido remplazadas por especies exóticas", afirma Gabriela Hermitte, representante del Foro de Recursos Naturales de la Faculta de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. 

Por ejemplo, debido a las modificaciones en la costa, se redujo la vegetación de esa área, como el bosque en galería y los juncales. El problema es que, en el caso del junco, se trata de un recurso de trabajo para los pobladores autóctonos, con el cual fabrican cortinas y otros enseres.  

La vegetación autóctona fue remplazada en las riberas de los nuevos emprendimientos inmobiliarios por bosques de alisos, que no son típicos de la zona, y tienen una gran capacidad invasiva. Asimismo, se ven afectadas numerosas aves, y también el lobito de río, entre otras especies.

 

 

Susana Gallardo

Centro de Divulgación Científica, 

Fac. Cs. Exactas, UBA

 

Fuente: www.sosdelta.org                                               (ver video en la Fotogaleria>sección Videos)

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